La aplicación de esta medida forma parte de la Reforma Fiscal que el Gobierno aplicará a partir de enero. Aunque ha habido mucho ruido mediático respecto a esta medida, aún no es segura su aplicación sobre las plusvalías y todavía no se sabe en qué términos se aplicará finalmente. De todas formas, sí es cierto que habrá una eliminación de los correctores que antes hacían que se tuviera que tributar menos por las plusvalías de los inmuebles vendidos. Este caso afecta, sobre todo, a las viviendas que se adquirieron antes de 1995, por lo que si usted es propietario de un inmueble comprado antes de ese año es ahora un buen momento para venderlo, para que el impacto de esta norma sea más bajo en caso de que se implante finalmente.
Estos inmuebles suelen ser una oportunidad, aunque generalmente no están reformados. Más que una oportunidad para comprarlos y vivir son oportunidades, en muchas ocasiones, enfocadas a perfiles inversores.
En Barcelona ahora es un buen momento para la compra de un piso. Ahora hay que aprovechar las oportunidades que ofrecen los bajos precios de mercado, ya que se está dando la circunstancia de que los precios en Barcelona están ya empezando a subir.
Depende de muchos factores. En función de si el piso está reformado, si la vivienda se encuentra en una ubicación céntrica, etc. Pero el factor más determinante es la necesidad de vender del propietario, que hará que éste tenga más o menos capacidad de espera para vender.
Hoy en día, el 99% de las operaciones se alquilan con uno o dos meses de fianza. La mejor opción que tiene el propietario es contratar una póliza de alquileres, que le asegura hasta doce meses de rentas impagadas, actos vandálicos (difíciles de demostrar), gastos de abogados y procurador en caso de tener que interponer una demanda, etc. No obstante, hay que tener en cuenta que las aseguradoras tienen unos parámetros inflexibles a la hora de contratar estas pólizas de seguro de rentas.
Se aconseja tener unos ahorros cercanos al 10% del valor de la vivienda para afrontar con éxito algunos costes añadidos. Hay que pagar una serie de gastos obligatorios que giran en torno a la compraventa de una vivienda:
- Tasación de la vivienda: es necesario pagar a un tasador para que efectue la tasación de la propiedad y así el banco sabrá el porcentaje de la financiación que concederá en función del valor. La tasación puede costar entre 250 y 350 euros.
- Gastos de notaría: los honorarios del notario están regulados por la administración y depende del precio del inmueble. Hay que pagar por dos escrituras, la de compraventa y la de la hipoteca.
- Registro de la propiedad: inscribir las dos escrituras relacionadas con la compraventa podría suponer unos 350 euros.
- Impuestos: hay dos impuestos diferentes, en función de si la vivienda es nueva o de segunda mano. (Vivienda nueva, un IVA del 10%. Vivienda usada, el impuesto sobre transmisiones patrimoniales, que varía en función de las CCAA y que oscila entre el 5% y el 10% del precio escriturado).
- Gestoría: la gestoría de la entidad financiera es la encargada de tramitar la liquidación de los impuestos y de realizar otros papeleos. Los gastos se sitúan alrededor de los 250 euros.